1. Cuenta tu historia como si se la contaras a un amigo. Usa un lenguaje coloquial, conversacional. Evita muletillas como “el hoy occiso",“los hechos ocurrieron",“identificado como". Los periodistas hablan como periodistas, cuentan historias, no hacen informes policiales
2. El más básico, necesario y
repetido de los consejos: sé breve y escribe con la mayor sencillez posible. No
uses diez palabras para lo que puedes decir con siete. Une las oraciones con punto y seguido en párrafos cortos; hecho tras hecho, dato tras dato, detalle tras detalle.
3. Piensa qué es importante
que el lector sepa y qué hace tu historia interesante. No
necesariamente es lo mismo que necesitan asentar las autoridades en sus reportes. Puede que el número exacto de casquillos de
bala sea esencial para el reporte forense, pero no para el lector. Si son
nueve, di “una decena de casquillos”, aunque tú mismo los hayas contado, lo cual dudo. Sí es relevante, en cambio, la edad del
personaje, si lleva cierto tipo de tatuajes y otros elementos que puedan verter luz sobre la
naturaleza de los hechos y las personas involucradas en ellos.
4. Pregúntate siempre si el lector entiende lo que le estás diciendo, si estás incluyendo todos los elementos necesarios, y si estás
transmitiendo lo que viste (porque lo viste ¿no?) sin omitir lo que se requiera para entender la
noticia. Recuerda que él lector no estuvo en la escena de los hechos. Y mejor que tú hayas estado, no se hace buen periodismo desde una oficina. Por eso:
5. Reportea, anota todo, indaga,
entrevista. Para contar bien una historia tienes que saber qué sucedió en el
lugar de los hechos, llevarte una idea completa. Las historias se cuentan con
detalles, anécdotas, testimonios de testigos, citas textuales, no se construyen frente a la
pantalla de tu laptop rellenándolas con palabras para cumplir con una
cuota y repitiendo los mismos datos en el título, la síntesis y el cuerpo del
texto.
6. La mejor forma de organizar tu texto es usar la pirámide
invertida para responder a las seis preguntas básicas: Qué, Quién,
Dónde, Cuándo, Cómo y Por qué. El QUÉ generalmente es el centro
de la noticia, a veces con el QUIÉN, los cuales junto con el CUÁNDO y el DÓNDE
resumen la noticia en los titulares, mientras que el CÓMO explica los hechos y
conforma el cuerpo de la noticia. Después iría el POR QUÉ, cuando se tiene
(testimonios de vecinos, por ejemplo, o de expertos, que asocien el hecho con
otros y busquen darle una explicación). Después se añade una NOTA DE CONTEXTO y
se concluye con el cierre.
7. Lo anterior no quiere decir, sin embargo, que así deba aparecer la nota
escrita. No siempre la pirámide invertida genera los titulares más
atractivos o atrapa al lector a la primera leída (aunque eso sería mejor
dejárselo al editor). Una vez que has escrito tu nota siguiendo la estructura
de la pirámide invertida pregúntate si otra cabeza o titular (título y
subtítulo) pueden resultar más atractivos para el lector y arriésgate a cambiarlo,
siempre teniendo en cuenta que en el primer párrafo (lead o entradilla) deberás aportar los datos
faltantes para responder a todas las demás preguntas antes de empezar a
explicar el CÓMO. O sea, antes de entrar de lleno en el cuerpo de la noticia.
8. Siempre debe haber una línea de cierre de la nota. Ya sea que ubique la historia en un contexto mayor o que concluya qué pasó con los personajes involucrados en ella, pero puede haber otras formas de cerrar de acuerdo al contenido de
la nota. El lector debe quedarse con la sensación de que leyó una historia
completa, donde no falta nada, lo mismo si es de 10 líneas que de 300.
9. Narra, cuenta un historia. No olvides que la pirámide invertida es una manera de
organizar la información, solo una herramienta que el periodista debe conocer y
saber utilizar en automático. Pero una vez que la manejas bien, tendrás que decidir si quieres
que todas tus notas sigan siempre la misma estructura y lineamiento y atrévete
a cambiarlas. Si dominas las técnicas y recursos del periodismo narrativo, bien
vale la pena que comiences a usarlos.
10. Si no estás seguro de que un titular de “gancho” cumpla
mejor su función que un titular de síntesis, no lo cambies. No toda noticia
tiene un buen gancho. Y por el contrario, en el otro extremo hay noticias que
por el interés que generan y por lo candente de la información, no requieren
ningún realce, ni títulos alternativos para atraer al lector. Si se trata de
informar sobre la captura de un jefe del narcotráfico, es mejor mantenerse en
dar la noticia de la manera más directa.
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