martes, 13 de marzo de 2012

Periodismo local; cantinfleo endémico


En el lanzamiento del Diario de Orizaba he insistido todo el tiempo en que “los periodistas escriban como periodistas”, pero no lo suficiente. Justo después de terminar el taller, mientras acompañaba la producción del ejemplar número uno de un nuevo periódico, he visto a un editor escribir en un pie de foto sobre “la unidad siniestrada” para referirse a un carro chocado.
A fuerza de copiar boletines, los reporteros y editores han olvidado que dar la noticia de un suceso es contar una historia, en los términos más sencillos, y que los reportes de la policía no están concebidos para el lector de su periódico, sino para dejar constancia legal de un hecho, o sea, que los policías no son periodistas, ni nada parecido (además de que su versión del suceso no debería bajo ningún concepto ser la única).
No sólo se pierde la efectividad del mensaje, a veces se hace risible. “Será en las próximas horas cuando Ábrego González salga del penal de La Tomita para rendir su declaración preparatoria ante el personal administrativo por las imputaciones que hay en su contra”. ¿Te cae? ¿Se podrán usar más palabras que hacer saber que el fulano se presentará a declarar?
Ese lenguaje ridículo, rancio, árido y pomposo puebla las páginas de los cientos de periódicos locales que circulan en México, y que son desafortunadamente los que más se leen, porque los nacionales apenas se encuentran fuera de tres o cuatro grandes urbes. Y lo peor es que el lector, a fuerza de no ver otra cosa, parece convivir con ello de manera natural, resignado, como si a la hora de narrar un accidente cualquiera, o el más mínimo rifirrafe, fuera lo más normal referirse a los policías como 'elementos' y a los presuntos ladrones como 'amantes de lo ajeno', recitar el acta de la averiguación previa, el número exacto de casquillos de bala, de las placas del vehículo y tarjeta de circulación de la “ebriofémina” (el término lo leí en un periódico de Tabasco).
He insistido, repito, porque El Diario de Orizaba acaba de salir, tiene un equipo de periodistas jóvenes --casi todos graduados universitarios-- y lleno de energía y entusiasmo, y pueden empezar por el mejor camino. Tratar, de manera consciente y constante, de evitar el facilismo y la inercia reinante en la prensa escrita y hacer un periodismo del siglo XXI, empezando por el lenguaje, su herramienta fundamental hasta hoy.

2 comentarios:

  1. Dejar reposar un texto y releerlo. Descubres aristas innecesarias y rebabas que se pueden eliminar con el cuchillito de la mantequilla. Menos es más. Quizás no sea un problema de idiosincrasia chapina eso de decir poco con muchas palabras, quizás sea un mal endémico en toda Latinoamérica que se debe, precisamente, a la influencia de los repor[licías] y edi[bomberos]. Gracias por un excelente recordatorio.

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  2. Hola! Un tema tan cierto, como inevitable!
    Auch! tanto que aprender!
    Por cierto, ahora que estoy en la página en línea del diario de Novedades de Tabasco, (porque abandoné proyecto de la Chontalpa) que sugerencias o críticas pudiera hacer al respecto?
    Saludos...

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